Diles que yo soy tu hermano



Ocurrió hace poco, cuando la Vale, que es más propensa a entablar amistad espontáneamente, se acercó a un grupo de dos chicas y un chico. Realizado el primer acercamiento y después de las respectivas presentaciones, la expectativa por realizar algunas exploraciones en el lodge amazónico -donde fuimos aprovechando un par de días libres- era notable, y sobre todo, apreciable; tanto, que un pequeño travieso que hasta entonces se mantenía algo alejado de lo  que ocurría, se levantó ávido por no quedarse excluido de esta importante empresa. 

Aprovechando la oportunidad y con los ojos que brillaban llenos una promisoria travesura, le dijo a la ñaña poniéndose las dos manos en el pecho: “Diles que yo soy tu hermano”.

Me sacó una sonrisa la espontaniedad de actuación, estoy consicente que desarrollar habilidades de socialización desde temprana edad es importante. Lo hermoso es ver cómo se tienden esos lazos motivados por un solo interés que nada tiene de prejuicios.

La vida, cada día me da la oportunidad de saborear cada paso en este camino de permanente aprendizaje.




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