Vacaciones al fin

Llegaron de nuevo. Un año lleno de tareas escolares para chicos -y para padres- se merece un descanso, pero las labores no se han detenido. Viene entonces la búsqueda de los vacionales, sondeos a anuncios en todo medio al alcance: periódicos, internet, volantes, referencias de amigos, carteles a la vista, etc, etc.

Tiempo dedicado a las averiguaciones de horarios, costos y otras ventajas que se ofrecen; la evaluación de costo vs. beneficio es solo el inicio, porque interviene otras variables en la decisión final: aporte a la formación del carácter de los guaguas, desarrollo de habilidades, potenciación de aptitudes, adquisición de nuevos conocimientos y todo eso enfrentado a la diversión, porque !estamos hablando de un vacacional!

La ventaja, en mi caso es que contamos con un miembro más en este grupo: la prima Rafa; con esto ya está completo el equipo que la mayor parte del tiempo se comporta como un solo cuerpo, juntos a todo lado sin importar las desaveniencias y desacuerdos que surgen y felizmente son superados. La competencia puede ser gratificante, yo estoy muy contenta de ver que se apuran por terminarse la comida de un solo plato porque si uno se descuida el otro se come un poco más de carne, o de menestra de lentejas y eso es inaceptable. También es bueno saber que por no quedarse atrás de las hazañas de salto, y sube y baja de obstáculos, la Rafa recurre a su valentía y se salta desde el puente de los juegos infantiles detrás de unos dos traviesos que le sacaron algo de ventaja en la carrera.

Esta vez incursionamos en lo alternativo, estar en contacto con los elementos de la naturaleza, comida orgánica, juegos tradicionales, entre otros atractivos fueron los que inclinaron la balanza de la decisión. Y se fueron a su vacacional donde aprendieron a agradecer a la tierra por los alimentos, a las estrellas que van a bajar a iluminarnos (o algo así creo que capté de la canción), a contar cuentos, hacer títeres, palos de lluvia y otras manualidades que cuando eran presentadas a los padres había que hacer un esfuerzo y apelar a la pasada infantil imaginación para captar formas y mensajes.

Estamos en la mitad de la temporada y ya se acabó el vacacional.
¿Y ahora?
Estamos como al inicio de este texto, otra vez a buscar alternativas con todo el proceso subsgiguiente de evaluación y decisión, contando ahora con que los cupos ya están llenos en varios cursos a los que llamamos, como el promocionado por la escuela de neurolingüística que sin lugar a la menor duda les iba a convertir en líderes a mis pequeños.
Que quede claro que chico Nico fue el primero en manifestarse para no se acaben los vacacionales.
Y bueno... Parece que ahora les toca al taller de robótica.


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