Vale ayer: -¿Mañana es el Día de la Mujer?
Yo: -Sí.
Vale: -¿Y cuándo es el Día del Hombre?
Yo: -Ese no hay.
Vale: -¿Por qué?
Me quedé pensando un poco, y lo primero que se me ocurrió fue
decirle que porque las mujeres hacemos muchas más cosas que los hombres. Y
posiblemente sí es cierto, ahora que gracias a la lucha de valiosas mujeres
gozamos de mayores libertades y ejercemos derechos y demás. Total igualdad no
se ha logrado aún, diferencias hay, y están más marcadas en unos que en otros
países.
Hace unos días vi un documental de La India, donde varias mujeres
agradecían a sus padres por el hecho de haberles dejado vivir, porque haber nacido
bajo el género femenino ya les marcaba la primera derrota; después de haber
recibido esta gracia aceptaban de buen modo que se les imponga castigos como el
aceptar que se haya quemado su pie con una barra de hierro candente porque
estaba consciente que necesitaba una lección.
Y pienso en mi condición, y agradezco que mis padres me
quieran, que me hayan apoyado, que me infundan amor propio, espíritu de superación.
Y he podido educarme, ganarme un salario a fuerza de trabajo, elegir una pareja
y hasta equivocarme por mi propia decisión.
Y quiero dejarle una buena pauta a mi Valentina, enseñarle que las mujeres
tenemos valor, podemos superarnos a nosotras mismas, que tenemos constancia,
tenacidad, inteligencia, fuerza interior, que sabemos apreciarnos, que llegar a
metas que parecen imposibles nos hace felices, que tenemos dones que van más
allá de la belleza.
Ha cambiado la mentalidad de las mujeres actuales, y sí me
satisface que hasta en los concursos de belleza se deje notar algo más. Fue el
Pawkar Raymi donde eligieron a la ñusta, la mujer más bella, que es
universitaria, que maneja varios idiomas, que está en sus proyectos próximos
seguir una maestría en lingüística aplicada –si mal no recuerdo- porque quiere
dejar un legado a su pueblo, porque quiere que su lengua ancestral no se pierda, y
de ser un deseo pasa a la concreción y esto sí parece estar a un paso de
lograrlo.
Y si los hombres
quieren un día o se merecen una día para celebrar, no está por demás ahora que se ha ampliado el espectro de participación
y cada vez hay más hombres que comparten las responsabilidades del hogar y han aprendido
a respetar cualquier condición y vivir en una sociedad más justa para todos.
¡Feliz día a las mujeres de mi vida!
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