Mi pequeño se ha domesticado


Tanto esfuerzo, tanta insistencia en que siga las instrucciones o la voz de mando han tenido su fruto, hoy he visto a chico Nico hacer todo lo que le decía la profesora, como un lindo monito imitador o un títere al que le mueven los hilos y baila grácilmente al rtimo de la agitación de la mano que lo maneja.

Mérito de los padres, mérito de las maestras, plausible a todo buen parecer. Apenas van tres años -me repito- y ha perdido, sin darse cuenta, su primera batalla contra su genio, contra su rebeldía porque sí, porque ese es su parecer y sentir, y de ser enérgico, decidido y rabioso ha pasado a ser un humano sugestionado y entrenado para seguir instrucciones.

Lindo estuvo en su presentación de chulla quiteño, con su traje oscuro y corbatín, en el festejo navideño. Fotos no faltaron, vídeo tampoco, así como las caras satisfechas de entrenadoras y parientes asistentes. Desde su incursión en los ámbitos educativos solo había sido testigo de su resistencia a ser parte de estas actividades lúdicas, estaba acostumbrada a que ponga pies en polvorosa apenas pisar el escenario, o hacer rabieta justo en el momento de salir.

Hoy por primera vez cambió esta conducta.

Mi pequeño se ha domesticado, y esto no cesa de dejarme un matiz con sabor amargo.

Comentarios