Hablando...


-Ahora sí vino el Marquitos a la escuela para jugar. Es mi novio.
(Así, de una nomás me soltó la novedad)
Como madre comprensiva no pude más que llevar adelante la conversación.

-¿Cóooooooomo?
-Sí, somos novios.

-¿Y qué hacen los novios?
-Nos queremos.

-¿Y le contaste a la profesora?
-Sí.

-¿Qué te dijo?
-Que somos lindos novios

-¿Y quién dijo que son novios?
-Emilia (la otra compañerita).

Mmmmmm. Y eso que la semana anterior, o sea hace solo unos días, cuando le pregunté si había jugado con el Marquitos (hasta entonces su amiguito), me dijo que no, que ya no era más su amigo.
-¿Por qué?- le pregunté.
-Porque él dijo que no estoy bonita-, fue la respuesta.
O sea, hasta ese entonces todo era tranquilidad, la niña le retiró su amistad al niño, y todo marchaba muy bien.

Y ahora, ¿qué hago?
Necesito de urgencia que mi otro pequeñín crezca para que me ayude a controlar a la ñaña de cuatro años.

Comentarios