
Pese a la advertencia de dejar fuera de su perímetro de influencia este tipo de materiales, hay algo que llega hasta sus manos y termina en las fauces de dos afilados dientes.
Ya la ñaña le encontró un apelativo que le cae bastante bien en esta etapa, "parece haunssssster", dice, y más que nada, gracias a ella sigue con su roer, porque siempre queda olvidado algo por ahí...
A propósito de ocurrencias, otra que tuvo mi pequeña al mirarle con su flamante saquito nuevo, sonó así: "me gusta mucho su pelaje".
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