
Atemoriza a cualquier fémina de largos cabellos, porque así son más fáciles de asir. No importa si son rubios, rojos o negros, la ágil manito se prende de todo cabello que osa acercársele; y en un dos por tres, halón seguro con la queja inmediata de la dueña de la cabellera. Enla mayoría de las veces su puño muestra triunfante el trofeo, dos, tres, cuatro y en ocasiones algunas hebras más, que se avientan en el aire con gran satisfacción del vencedor.
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