
Es un mal de todos los días, a la hora de vestirse, especialmente las que están en las medias porque seguido toca el zapato y ahí sí se queja de que le pican las ‘cuturas’. Cierto es que la gran mayoría de medias, calcetines y mallas tienen las costuras justo sobre los dedos, con unos remates larguísimos que más se parecen a los cachos de la vaca; y aún más, dependiendo del hilo con que estén cosidos, pican más o menos, pero que pican, pican.
Después de quince minutos de haber arreglado las ‘cuturas’, vuelto a poner media y zapato, viene de nuevo la queja. A veces pienso si será solo una manía quejarse, pero me acuerdo que a mí también me pican las ‘cuturas’ por esta tendencia alergena que tengo y me armo de paciencia para volver a acomodar, recortar y a veces volver a coser, para ver si así dejan de picar.
Y lo mismo pasa con las etiquetas, quiero decir que la picazón que causan incluso es mayor, porque parece que mientras más pequeña es la prenda, más grandes son las etiquetas, y están por donde menos se espera. De pronto pican y pican. En estas circunstancias no me queda más remedio que acudir a mis tijeras y desaparecer las etiquetas sin importar la valiosa información que tengan acerca del cuidado de la prenda, lo que prevalece es eliminar las molestas ‘cuturas’.
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