
Lo pensamos y pensamos (los papás responsables) para ver si ya era hora de llevarla al cine, y después de pensarlo un poquito más decidimos que síera bueno llevarle para ver su reacción, y la nuestra también, en esta nueva presentación en público, porque tenemos algunas experiencias en las que no nos ha ido muy bien que digamos.
Pero la emoción de los papás es más fuerte, así que vestimos a la enana de domingo, nos equipamos de todo lo que podía pedir: bebidas, snacks, dulces, juguetes y nos fuimos al cine. Después de elegir la película infantil todos contentos nos tomamos de la mano y caminamos directo a la heladería para hacer la antesala de la función, teniendo mucho cuidado de que la Valentina no se chorree el helado que cada vez comenzaba a caerse de la cuchara, pero salió más o menos bien librada del trance.
Después de ir a comprar unas bebidas nos encaminamos a nuestros asientos. El ambiente a media luz, la peque entró muy tranquila, se acomodó en el sillón y apenas comenzaron a pasar los trailers cierra los ojos.
Tanta expectativa para que se nos pierda de la peli! Y nosotros engalanados y orgullosos llevando a la retoña a disfrutar su primera película. En fin, no quedó sino resignarse a disfrutar de los dibujitos y ver a la peque dormida. Lo bueno es que faltando una media hora para que se acabe la peli se despertó y al fin nosotros los papás pudimos disfrutar viéndola señalar los muñecos y quedarse algo absorta con el tamaño de la pantalla, esa televisión era más grande de la que tenemos en casa.
Linda tarde :)
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