Antes, eso hará cuando mi Valentina aún no era un torbellino, la casa solía estar moderadamente aseada, y eso sin limpiar a fondo todos los días. Pero hora no hay momento en que se vea libre de juguetes en el piso, caramelos pegados quién sabe dónde, CD's fuera de sus cajas, y lo infaltable, restos de comida no solo en su mesita de comer sino especialmente en el piso y en las suelas de los zapatos porque parece que es muy divertido ve cómo se aplastan los vegetales redondos bajo el zapato.
Y la sorpresa, después de haber hecho el reguero acostumbrado, viene la enana y señalando con el dedo índice me dice: "sucio". Me causó risa en ese momento pero creo que a la larga me resulta algo así como "algo hay que hacer"; o sea, limpiar.
Pero eso sí en la próxima visita al supermercado le consigo una escoba de su tamaño. Por ahora m e contento con darle un trapito para que limpie sus juguetes.
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