Me tomé las vitaminas


Todas las mañanas le pongo sus gotitas de vitaminas a un poco de jugo y le doy a mi Valentina para que se las tome.
Cuando está de buen genio no protesta, de lo contrario solamente deja el vaso a un lado. Y eso ocurrió esta vez, entonces yo lo retiré de su mesita y lo puse junto a mi vaso de jugo.
Entonces vinieron las llamadas por teléfono, conversaciones y pérdida de anteción en lo que hacía, y son darme cuenta bebí un poco de jugo. Qué raro, pensé, tiene un sabor extraño. Claro, no era mi vaso sino el de mi enana que tomé sin pensarlo.
¡Me tomé sus vitaminas! Por cierto el sabor no era agradable, pero tampoco malo. Ahora entiendo que mi Valentina a veces no quiera tomarlas.

Comentarios