El plato de comida

Se ha convertido en centro de experimentación donde las manos comienzan a amasar todo lo que hay en él, mejor si hay algo semi líquido porque es más fácil manipular. Del plato se extiende a toda la mesita, algo que ya estoy acostumbrada y hasta la dejo jugar con la comida aunque la regla (en el Rey León) es no jugar con la comida.
Decía que todo ocurre con normalidad porque luego de todo tengo que lavarle las manos hasta los hombros y la cara incluida el cuello, casi casi como bañarla de nuevo, cosa que a veces se hace necesario porque su cabello no se escapa al festín. Lo interesante ocurre cuando nos invitan a comer y tengo que sentarla a la mesa sobre mi pierna, y aunque tenga su plato de comida, sus manos se extienden hacia el mío, auque es bueno decir que ya sabe manejar bien la cuchara sin realizar muchos derramamientos. Entonces quienes están a mi lado toman su distancia por cualquier accidente que pudiera ocurrir especialmente con la comida llena de colores, ya que esa es la más atrayente.
Un poquito la dejo jugar en mi plato, pero he aprendido a comer a toda velocidad sin protestar y levantarme inmediatamente dando las gracias antes de que la comida comience a volar.