Manos frías

El embarazo es una revolución interna y externa. En esto no hay nada nuevo que pueda aportar, pero una de las condiciones, de las que no se menciona a menudo, es el calor que se siente, y no es para menos, la temperatura sube apenas unas décimas, pero es suficiente para que se presenten algunos síntomas, entre ellos la hinchazón “de manos” y algo de enrojecimiento, además que las venas se notan más salidas. Mis manos que normalmente eran frías con tendencia al congelamiento se volvieron muy cálidas, al inicio me costó mucho acostumbrarme, pero con el tiempo se me fue olvidando; más aún cuando ya nació mi Valentina, así no había problema de tomarla sin que se resienta por el cambio de temperatura. Ahora que ya han pasado la mayoría de achaques y he vuelto a la normalidad, esta calidez es algo que se ha mantenido. A veces pienso que es la misma naturaleza la que me proporcionó ciertas cualidades para facilitarme el oficio de ser mamá.

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