
Qué lindo es ver los resultados de los exámenes médicos cuando los peques están sanitos. Azúcar, negativo; bilirrubinas, negativo; nitritos, negativo, y así una lista de sustancias que aún no han contaminado los pequeños cuerpos de los bebés. Me esfuerzo por mantener limpias las diminutas manos y controlar lo inimaginable que se encuentran y se llevan a la boca, claro, la mayoría de cosas no son comestibles y mucho menos están libres de los temidos microbios.El baño es una necesidad, más aún cuando empezó a comer, porque en todo plato le place meter las dos manos juntas y disfrutar la textura de todo alimento, esté seco o hecho papilla, después esas manos van a la boca y de ahí a restregarse los ojos pasando inmediatamente a mesarse los cabellos. Y en cuanto me acerco, la mano cae sobre mi brazo, o mi pierna, o donde caiga. Ella y yo estamos impregnadas de comida. El otro día que fuimos a visitar a los abuelos llevé una mudada extra para la bebé porque seguro siempre se ensucia, pero no caí en la cuenta que también debía llevar ropa de recambio para mí, porque al igual que ella parece que la comida me tiene afecto y se me pega por todo lado. En fin, ¿quién dijo que el aprendizaje debe ser limpio? Lo que más me interesa es que esté sanita por dentro aunque por fuera no luzca muy pulcra
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